Te vi pasar con ese vestido,
de flores rosas y lilas,
tu escote pronunciado,
y tus pechos imberbes,
reluciendo puntiagudos tus pezones,
bajo el raso que los abrazaba.
Los volantes al tobillo,
y la melena ,
bajo una visera verde de ganchillo.
Una chaqueta calada amarilla,
con una flor de lana trenzada a ella,
y el "Romancero gitano",
bajo el brazo.
Te dirigías a la biblioteca ,
y allí en la puerta,
recibiendote una ráfaga de aire acondicionado,
se levantó el vuelo de tu vestido,
dejando entrever tus finas piernas,
con una pulsera de lunas y estrellas plateadas,
al tobillo.
Al momento,
me enamore de ti ,
y no pude más que seguirte ,
al interior de la sala de estudio.
Un lugar de libros mágicos,
donde te buscaba con la mirada en la mesa de enfrente.
De pronto me descubriste,
y con mis dos manos y los dedos índice y pulgar,
dibujé un corazón para ti.
Sonreiste y me guiñaste un ojo.
Deseaba que saliésemos a charlar a la puerta ,
pero no me atreví a decírtelo.
Y tu mirada volvió a fundirse,
con los párrafos de tu Sagrada Lectura.
Estaba en una mesa sentada
bajo una sombrilla.
Un camarero le trajo un café con hielo,
y en el platillo una pequeña rosa blanca y una nota que decía:
“Cortesía de la casa”
Alzó su mirada hacia el ,
y le pregunto a qué se debía tal halago.
-El metre me dijo ,esperando no molestarla,que está enamorado de su estilo y elegancia”,comentó el camarero
Quiere ser galante con usted.
Todo los días acude a nuestro restaurante a la misma hora,
y pide lo mismo desde hace años.
-Estoy sorprendida.Dele las gracias.
Son ustedes muy educados y amables .
Por eso soy fiel clienta.
-Estaremos encantados de atenderle siempre.
Si necesita cualquier cosa,
no dude en llamar mi atención.
Se quedó impresa en ella,
una dulce gratitud.
Era una dama soltera,solterona diríamos ya.
Unos cincuenta años,
restauradora de muebles,
siempre fiel a sus vestidos de flores y sus sombreritos de fieltro azules o verdes.
Algunos de ellos lucían plumas o pequeños ramilletes.
De voz ronca pero lenguaje tranquilo.
Comenzó a pensar que detalle podía darles a cambio por su buen trato ,
y recaló en una pequeña figurita de madera de una dama tomando café ,
que vagaba desde hace años en su Anticuario.
-Si es perfecta ,pensó.
Mañana mismo ,se la traeré con una nota de agradecimiento en un pequeño papel papiro ,atado con un lazo rojo.
Se tomó sin premura y con complacencia el café y se despidió del camarero levantando la mano.
Seguramente esa pequeña sorpresa que les aguardaba al día siguiente ,
alegraría sus vidas,pensó.
Pequeñas historias de un bar
Diana Colomar ginto
16/08/2024
Dos borrachos colgaos,
un limpiabotas a pleno sol en la Gran vía,
dos colegas heavys a la puerta de un estanco,
una chica vestida de Japón cómic,
de rrpp por la calles de Benidorm.
Un pintor de autorretratos en la Plaza mayor,
y una cigarrera a punto de la extinción,
en un cine intimista.
Los restos de bollos que sobraron,
en el contenedor frente a la panadería.
El humo que sale de las chimeneas en un pueblo de la sierra de Leon,
y un jabalí y sus crías ,
corriendo por un parque del Noroeste de Madrid.
Indigentes sobre cartones en Lavapiés-Embajadores,
y un comedor social repartiendo comida a las 2 ,en Embajadores.
Montera con su elenco nocturno,
prestando servicio,
y un hotel de lujo visitado por viandantes con terraza gourmet ,allí mismo.
Las escolares con faldas de uniforme remangadas y mocasines,
saliendo de clase en un barrio bien.
…y el devenir de la vida,
frente a los televisores de los Hospitales.
Diana Colomar ginto
4/010/2024
Dos rayas de última hora y un canuto entre los dedos.
Un bourbon sobre la mesa ,en vaso bajo de cristal ancho con dos hielos.Kubrick en la televisión,
y los cascos puestos escuchando Mozart.
Mirada perdida y con Morfeo a ratos.
La sala vacía excepto ese cuerpo raído sobre el sillón de cuero.
Las persianas bajadas para no saber si eran las cuatro de la tarde o la madrugada.
Ni una lagrima desde que ella se fue,
y aún olía su perfume a ratos por la habitación.
El periódico de hace un mes medio caído sobre la silla de Luis XV que su abuela le dejó ,recuerdo de sus ancestros.
Se acabó el cd,
y la saliva le colgaba de los labios,
tras tres dias sin probar bocado.
Se llevo la mano a la cabeza con un fuerte dolor que le invadía por la misma posición del cuello durante horas.
Sonó el teléfono,
y nadie atendió la llamada.
Respiro profundo y… expiró.
Diana Colomar ginto
2/09/2024
Copazos de ron,
ligueros bajo faldas.
Diálogos de pinturas y tampax en los baños.
Polvos a medio cocer en la trastienda entre cajas de botellines de mahou.
Besos a recién conocidos en la barra mugrosa,
empapada de algunas copas caídas sobre ella.
La pintura corrida de los ojos tras el paso de las horas.
Camisas blancas de “esta noche mojo”,
y vestidos ajustados,
de compras de última hora en Stradivarius.
Manitas entrelazadas y conversaciones de ambiente,
sin más anhelo que una noche de “final feliz”,
…..excepto para los que la acabaron ahogados en alcohol.
Bares ,que lugares!!!
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Huele a adoquines mojados,
calor en el bar,
y pincho de tortilla.
Paladares acariciados por una caña y una tapita de oreja,
tímpanos hallados,
por ambulancias y coches de policía,
que a toda velocidad ,
atraviesan avenidas.
Árboles enraizados al asfalto,
y mendigos sobre cartones con un litro de vino en la mano.
Perros que pasean con botas,
y mocitas travestidas por la gran vía.
Pinchos en las muñecas,
melenas rosas y azules,
modas demodé ,
y algún punky que anda suelto.
Boina en el cielo gris.
Diana Colomar ginto
19/09/2024
Pongamos que hablo de madrid
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Imagina un cielo de rastros de avión cruzados tras su vuelo,
donde su paso dejó una señal.
Caminos interconectados,
en algún punto,
un momento ,un instante,
donde tu vida se cruzó con otros.
Un faro de luz en tu camino,
en tu destino,
y aunque fuera por un
corto espacio de tiempo,
dejo su huella en ti.
Partículas interconectadas,
que hacen saltar otras partículas,
y provocan,
que aparezcan nuevas personas en tu vida.
Así es nuestro recorrido en este mundo ,
un devenir de sensaciones,
sentimientos,
pasiones …y olvidos.
Pero…el Alma no olvida,
todo queda grabado en el disco duro de nuestro Ser,
y la memoria,
debe acostumbrarse a recordar,
para no caer en la maraña,
de una sociedad con Alzheimer,
carente de sentimientos y emociones,
indiferente ante hombres y mujeres ,
durmiendo sobre cartones,
o un aluvión de imágenes de niños desnutridos,
donde la retina no asimila la información Espiritual que proyectan las mismas.
La desmemoria es una catana sin piedad,
que nos arrastra a la pérdida del Espíritu,
al vacío de nuestra identidad,
y al sinsentido ,
de nuestro lugar y función en el mundo.
Diana Colomar ginto
2/09/2024
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